martes, 11 de diciembre de 2007

Entre clores y olores


analogico:
El sentido de la fotografía en su origen no se parece al que tenía a principios del S.XX, cuando salieron grandes autores descubriendo que la fotografía tenía su propio lenguaje, el cual se desarrolló bajo la teoría del psicoanálisis, las guerras mundiales, y una serie de fenómenos van a definir una separación entre pintura y fotografía y además ingresa directamente a la fotografía en las bellas artes.
La inteligencia humana ha desarrollado hasta hoy la cámara en función del nivel tecnológico y las necesidades que iban surgiendo por el camino sobre todo por las nuevas aplicaciones y usos que se le iban dando al negativo, todo ello de forma natural sin grandes aspavientos.
Eso hizo que la fotografía que nuestros abuelos y padres tuvieron que conocer estuviera hecha desde el interior, desde las entrañas, donde el pensamiento esperaba la llegada de la expresión, y que sus sentimientos eran una imagen muy a menudo, ¡eso si era de verdad!, con el componente especial añadido de un lenguajes plenamente fotográfico porque la imagen es lo más parecido a lo que antes de disparar pensamos y ese gozo es lo mejor que puede suceder y sabemos aprovecharlo. En cada negativo hay algo más que una imagen, hay amor, pasión, confidencias, ignorancia, tensión, mostramos como somos son negativos calientes, humanos, y mientras esto permanezca así no debemos de preocuparnos más que de una cosa, de no crear negativos fríos, vacíos y sin vida.
Otra de las características para mi básicas es la forma de ver la luz tanto la vista como el negativo lo hacen progresivamente, hay fase de adaptación previa y recepción de la información ya sea en el iris o en el negativo.







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